Siempre he sido alguien a quien le gustaban los horarios y las rutinas. Después de tener a nuestra niña y convertirme en ama de casa, encontrar mi nuevo ritmo fue un desafío. Nuestro bebé no era un robot, por lo que seguir un horario diario estricto era imposible. Cada vez que me adaptaba a una rutina, algo cambiaba y teníamos que empezar de nuevo. Sin embargo, con el tiempo encontré mi ritmo y eso marcó la diferencia. Ahora afronto mis días en casa con confianza y entusiasmo, en lugar de ansiedad y sensación de agobio.
Un cronograma se refiere a tareas que se llevan a cabo en momentos específicos. Una rutina es una serie de eventos que se repiten en el mismo orden cada vez, generalmente a una determinada hora del día. Salir de una mentalidad "rutinaria" y caer en un "ritmo" diario me salvó porque un ritmo permite flexibilidad. Es simplemente un marco de la jornada que deja lugar a la espontaneidad. Un beneficio adicional de un ritmo es que se adapta y evoluciona fácilmente cuando ocurren cambios. Incluso puedes idear un ritmo lo suficientemente simple como para que no requiera ajustes constantes a medida que tu bebé crece y cambia.
Configuré mis días en ritmos tanto diarios como semanales. Mi esquema diario es el siguiente: despertar con el bebé, desayuno y café, hora de jugar. Luego ella toma una siesta y yo trabajo un poco. Después de eso, almorzamos, hacemos las tareas del hogar y salimos de casa. Por último, llega la hora de cenar y acostarse. Mi ritmo semanal consiste en ver a un par de amigos al menos una vez a la semana, visitar nuestra cafetería local favorita, hacer tareas domésticas y hacer recados. No elijo días concretos para determinadas tareas del hogar o recados. Tener un marco para mis días y semanas me proporciona una sensación de plan y propósito. Sin eso, me sentiría tan abrumada al despertarme cada mañana, ¡sin tener idea de qué iba a hacer con mi pequeño en todo el día!
En conclusión, espero que esto te anime a encontrar tu ritmo, mamá. Será beneficioso, especialmente si no eres de los que siguen un horario estricto. Tener un esquema simple de tu día te brindará un gran alivio y no tendrás que decidir constantemente qué hacer en cada momento. Abraza la flexibilidad y encuentra alegría en el ritmo de tus días.
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