No se puede negar que la dinámica de mi relación con mi esposo experimentó un cambio significativo con la llegada de nuestra bebé, Sophia. En esos meses iniciales, lidiamos con la falta de sueño, la redefinición de nuestras identidades individuales, la distancia física y un cambio de prioridades. A pesar de estos desafíos, nunca sentí que él se hubiera convertido en mi "compañero de cuarto". Este es el por qué:
Los compañeros de cuarto, por definición, comparten un espacio habitable. Pueden ser cercanos o distantes, pero generalmente llevan vidas separadas cuando están separados. En nuestro caso, mi esposo se fue a trabajar mientras yo me quedaba en casa con Sophia. Sin embargo, incluso en nuestra separación física, ella se convirtió en el hilo que nos unió durante todo el día. Se registraba con regularidad, llamaba durante los descansos y de camino a casa, y pasaba al modo de papá "práctico" al entrar por la puerta principal. El amor, la devoción y el trabajo en equipo que mostramos estuvieron lejos de parecerse a una situación de "compañero de cuarto".
Es innegable que una relación sufre cambios después de dar la bienvenida a un bebé. A menudo oigo hablar de la fase de "compañero de cuarto" en la que supuestamente entran las parejas durante el período posparto, caracterizada por posibles diferencias en los horarios y menos intimidad física.
Sin embargo, no creo que esta descripción le haga justicia a la experiencia. A pesar de nuestra distancia física, mi conexión con mi esposo se profundizó inmensamente durante este tiempo. Aunque el tiempo de calidad era escaso, nos encontramos durmiendo en habitaciones separadas y nos sentíamos como barcos pasando en la noche, la intimidad emocional que compartíamos era incomparable. Pasar juntos por este increíble cambio que alteró nuestras vidas forjó un vínculo mucho más allá del de simples "compañeros de cuarto": un vínculo que requiere mucha más comunicación, cooperación y apoyo.
Si te encuentras en una fase de disminución de la intimidad física con tu pareja después de tener un bebé, es normal. Es un desafío y es posible que usted esté luchando contra el sentimiento de conmoción, la inseguridad sobre su cuerpo posparto o el puro agotamiento. Sin embargo, no permita que la distancia física abra una brecha entre ustedes dos. Abrace el viaje único, hermoso y desafiante de la paternidad como una oportunidad para fortalecer su conexión. Reconozca el nuevo vínculo y la relación que comparten y resista la noción de que deben convertirse inherentemente en "compañeros de cuarto". A pesar de la actual falta de tiempo a solas, su relación puede evolucionar y profundizarse durante este tiempo.
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